Quiero hablar de la EXPLANTACIÓN para que las que piensen como yo, puedan tener una buena guía. Cuando era adolescente, mi hermana mayor, Valentina y yo éramos inseparables. Sin embargo, también éramos muy competitivas. Valentina tenía senos grandes y, como yo tenía una talla más pequeña, siempre sentí que estaba en desventaja. Quería sentirme igual de segura y atractiva que ella, por lo que, a los 18 años, tomé la decisión de ponerme implantes mamarios.
En ese momento, creí que los implantes serían la solución para cerrar la brecha entre nosotras y estar a la misma altura, lo sé, suena muy ridículo e infantil, pero así lo sentía en ese momento de mi vida. Tomar la decisión de hacerme la cirugía fue un proceso emocionalmente agotador, pero una vez que me vi en el espejo con mis nuevos senos, sentí una extraña satisfacción. Por un tiempo, me sentí más segura y en igualdad de condiciones con mi hermana.
Sin embargo, a medida que pasaron los años, algo cambió dentro de mí. A los 28 años, comencé a cuestionar mi decisión. Sentía que los implantes no eran realmente parte de mí, que no representaban mi verdadera identidad. La presión de mantener una apariencia que no era auténtica me estaba agotando emocionalmente.
Fue entonces cuando tomé la decisión de realizarme una explantación de prótesis. Quería liberarme de la imagen que había creado para mí misma y encontrar la comodidad y la aceptación en mi propio cuerpo. El proceso no fue fácil, pero estaba decidida a seguir adelante.
El día de la cirugía llegó y experimenté una mezcla de emociones. Sentía nerviosismo y temor, pero también una mezcla entre alivio y emoción. El procedimiento fue exitoso y, aunque mi recuperación fue un poco más prolongada de lo esperado, cada día me acercaba más a la sensación de liberación que tanto anhelaba.
La explantación de prótesis fue un punto de inflexión en mi vida. Un punto de inflexión en el que una persona fue la responsable de que todo sea posible: el Doctor Fabián Cuevas. Doc! Qué hubiese sido de mí si no lo hubiera cruzado en mi vida! Fue la persona indicada para tratarme en cada etapa: antes de la cirugía, durante y post. Él está presente siempre y nunca te dejará sola ni con dudas en este proceso.
La historia de Valentina y yo, marcada por la competencia, ha evolucionado hacia una relación de apoyo y comprensión mutua. Ahora valoramos nuestras diferencias y celebramos la belleza única.
A cualquier joven que esté pasando en este momento por una situación similar a la que yo viví con mi hermana, tengo para dejarle mi humilde consejo: nunca compitan con sus hermanos, mucho menos cuando se trata de algo físico, esto no genera nada bueno, al contrario, se viven sensaciones desagradables constantemente que solo despiertan el estar en alerta todo el tiempo para intentar no ser menos que la otra persona, además, claro está, si esa otra persona es un familiar, más horrenda resulta aún la situación que se vive. Los hermanos deben quererse y respetarse siempre, más que nadie, ya que crecieron juntos, bajo el mismo techo y deben ser auténticos y leales el uno con el otro.
Bueno, quizás me fui un poco de tema, pero espero que con este mensaje te quede claro, hermanita, lo mucho que te quiero! Jaja
Mujeres: si tienen que someterse a una cirugía, siempre averigüen muy bien sobre el doctor que la llevará a cabo, la salud es lo más importante que tenemos y debemos cuidarla siempre como oro. Aquí les dejo mi buena experiencia con el Dr. Cuevas, pero ustedes pueden decidir libremente en qué profesional de la salud van a confiar.
La vida es un desafío, a veces debemos pasar por momento donde no la estamos pasando bien y eso nos afecta en nuestro estado de ánimo y hasta físicamente. Lo importante, en estos casos, es decidirnos a dejar de estar así, pasándola mal, y accionar para que eso cambie. La vida es una sola y hay que quedarse estancado con algo que nos afecta. Así me he tomado yo las cosas y ahora me siento más feliz que nunca.
¡Espero que mi historia les sirva a muchas mujeres que hayan pasado por lo mismo o algo parecido! Sería muy reconfortante para mi sentirme útil en este aspecto. ¡Un saludo a todas!